Descubre cómo hacer para encontrar ese libro, fotografía, archivo sin tener que estar horas y horas buscando el tesoro perdido
¿Tienes una biblioteca con miles de Libros, dispones de muchas fotografías sin ningún tipo de orden?
Todas las personas que tengan una biblioteca personal de libros, documentos e imágenes que pueda considerarse relativamente numerosa encontrarán el problema, inevitablemente, de poner orden en el material, reunir y de clasificarlo para después poderlo consultar cómodamente.
Una colección importando tiene que estar necesariamente ordenada en un archivo para permitir la localización de los contenidos.
De hecho, libros, revistas y fotografías suman toda su importancia sólo si son utilizables y si podemos encontrar con facilidad toda la documentación útil para las necesidades del momento.
Si, toda esta introducción esta muy bien…¿pero como lo hago. Cómo puedo aclararme entre tanto documento?
El problema, obviamente, es diferente si el material del cual disponemos es modesto o si tiene un gran número de unidades. La falta de sistematización puede producir, con toda seguridad, la imposibilidad de disponer cuando haga falta.
Para evitar estos inconvenientes, es necesario archivar los documentos fichándolos y clasificándolos por categorías funcionales que nos permitan localizarlos y utilizarlos. Existen, en realidad, varios sistemas de clasificación: alfabética por autor, por sujeto y argumento, por título, por formato, por colecciones , o según criterios subjetivos del valor atribuido al documento. En nuestro caso, en efecto, no existe de entrada un criterio más adaptado que otro, dado que el archivo seguirá siendo “privado”, destinado sólo a nuestro uso y consumo.
¡Importante! Antes de embarcarnos a ordenar, debemos analizar cada material
Antes que nada, si no se ha procedido nunca a poner un orden lógico y regulado a todo el material que se ha acumulado con el tiempo, primero habrá que analizar cada objeto en relación con el contenido, el aspecto y la información específica presente, aunque sólo se quiera catalogar con criterio alfabético. Por ejemplo, si se tratara de material fotográfico, sería oportuno distinguirlo antes por categorías generales y reagrupar las imágenes en relación con la materia, para después poder especificar cada fotografía en su contexto